Los puentes que lograron abrazar las rías

Bea Abelairas
Bea abelairas FERROL / LA VOZ

BETANZOS

El del Pedrido cumple 81 años; medio siglo la reforma de A Pasaxe y casi 60 el de As Pías

15 abr 2024 . Actualizado a las 06:59 h.

Ninguno se ha salvado de las polémicas, pero los tres supieron cómo abrazar la rías sobre las que se sostienen: O Pedrido cumple 81 años sobre la de Betanzos; medio siglo la renovación de A Pasaxe sobre la de O Burgo; y casi 60 años lleva As Pías cruzando los bancos marisqueros de Ferrol. Son puentes cuya historia marcó la vertebración de la provincia. El de O Pedrido comenzó a gestarse en los años 20, no sin problemas. Hubo errores en los cálculos y protestas de los pescadores y comerciantes de madera brigantinos, que temían por su modo de vida si la estructura cambiaba las mareas.

Finalmente fueron los dos ingenieros César Villalba y Eduardo Torroja los que retomaron un proyecto que casi transformaron al completo. El también ingeniero Carlos Nárdiz cuenta que Torroja (abuelo de la artista Ana Torroja) actuó como ingeniero consultor en el arco central. «Es un puente tardío —cuenta—. La solución de Villalba se adaptaba a los modelos de puentes de ribera en los accesos, pero el tramo central era innovador, aunque no necesariamente original respecto a las soluciones que, por ejemplo Freyssinet, estaba construyendo en Francia».

Fue una de las grandes obras inauguradas por Franco y se construyó con los mejores materiales de la época, aunque con el tiempo se han ido deteriorando. «El puente está equilibrado, pero se pueden ver los problemas constructivos que tuvieron con la cimentación de una de las pilas en cuya construcción murió bastante gente hasta que se consiguió cimentar bien sobre la roca», detalla Nárdiz, que recuerda que en O Pedrido se han realizado ya varias reparaciones por la oxidación de las armaduras de los arcos y el tablero. «El hormigón era de peor calidad, pero aun así era el adecuado para la época. Hoy el revestimiento de las armaduras se ha reforzado hace unos cinco años con un hormigón de mejor calidad».

¿Un nuevo puente?

Nárdiz apunta que no es un puente original, aunque se ha fundido a la perfección con el paisaje de la ría. «La pregunta que hay que hacerse es si no sería necesario un nuevo puente», plantea. Publicaciones de la época detallan que uno de los ingenieros, Villalba, explicó en 1943 en la Revista de Obras Públicas cómo se desestimó la propuesta de un puente giratorio o levadizo por la excesiva longitud y el descenso en el tráfico fluvial de la ría. Eso sí, elevaron el tablero seis metros para permitir el paso de embarcaciones. El puente se compuso finalmente con 13 arcos de 32 metros de luz y uno central de 75 y 12,5 de flecha. El firme tiene un ancho de 7,6 metros y la construcción salva una distancia de 520 metros con dos carriles estrechos que obligan a los camiones a pararse muchas veces en la parte central. El paseo de Eduardo Torroja inspeccionando el puente, poco antes de su inauguración en 1943 se recoge en una foto histórica. La fundación que mantiene vivo su legado (y el de su hijo José Antonio, también ingeniero de caminos y profesor de la escuela en Madrid) recuerda que siempre persiguió avances para las estructuras de hormigón como la de Bergondo.

Historia de un atasco

En 1974 se creó el puente de A Pasaxe tal y como se conoce en la actualidad. Aunque antes había otro paso igual de concurrido. De hecho, en 1927 en La Voz se podía leer noticias de atascos en la zona, similares a las que se publican cualquier día en hora punta. Los técnicos aseguran que sobre la de O Burgo se podría ampliar el paso (no así en O Pedrido). Otra cosa será el coste medioambiental y sobre el paisaje.

En Ferrol el 16 de octubre de 1968 el director de Carreteras inauguraba el puente de As Pías. Esencialmente se creó para unir los dos astilleros que estaban a cada lado de la ría de Ferrol. Las crónicas de la época ensalzaban una obra de 2.100 metros, con dos curvas de 1.052,51 metros y 764,53 metros de radio. Precisamente en la segunda curva está construido el puente propiamente dicho. Los 1.766 metros restantes están cubiertos con escollera. Treinta años después un gran buque lo quebraba, pero se reparó en tiempo récord: 56 días después del accidente que el 13 de enero de 1998 aisló la ciudad naval.