Heriberto García, director general del IGVS: «Hay que otorgar garantías y tranquilidad a los propietarios de viviendas»

Alejandro García Chouciño
A. G. CHOUCIÑO A CORUÑA

A CORUÑA

Marcos Míguez

Apostó en el V Congreso Inmobiliario de Galicia por hacer una regulación uniforme de los pisos de uso turístico

19 abr 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

El V Congreso Inmobiliario de Galicia, organizado por la Asociación Galega de Inmobiliarias, celebró este jueves su primera jornada en Palexco. Al acto asistieron más de 200 profesionales y representantes de las Administraciones públicas. Heriberto García (Monterroso, 1963), director general del Instituto Galego de Vivenda e Solo (IGVS) afirmó en su intervención que ningún Ayuntamiento presentó la solicitud de declaración de zonas tensionadas.

—¿Cómo van a evolucionar los barrios más tensionados de A Coruña?

—Todo depende de cómo se intervenga en el mercado. Las zonas más tensionadas en el análisis de los indicadores son las más céntricas, como pueden ser la Ciudad Vieja y Monte Alto. Pero la tensión, sobre todo en ciudades que todavía son de dimensión digeribles, trasciende a todas las zonas. Por eso es importante atajar desde un primer momento todas estas situaciones. No consideramos que la declaración de mercado tensionado tenga los efectos que buscan. Lo que hace es impedir que afloren las viviendas que puedan salir al mercado.

—¿Qué medidas se deberían impulsar?

—Una de las actuaciones fundamentales para hacer aflorar la vivienda que está vacía es otorgarle garantías y tranquilidad a los propietarios. El 95 % de los inmuebles en Galicia pertenecen a pequeños propietarios. Son muy sensibles a cualquier cambio normativo o cualquier tipo de medida penalizadora. Hay que regular a nivel estatal con las modificaciones de la Ley de Arrendamientos Urbanos con garantías para que los dueños tengan tranquilidad y seguridad respecto a sus arrendamientos. Y posteriormente, con un trabajo coordinado entre las Administraciones locales y la Xunta, hacer desarrollos de suelo residencial y nuevos suelos para promover la vivienda protegida. Son las dos líneas en las que hay que trabajar.

—Abordó en la mesa las okupaciones y el temor a impagos.

—Lógicamente, un propietario de un piso lo que teme no es tanto si la renta son 20 euros arriba o abajo, lo que quiere es que no le destrocen la vivienda, que cuando la necesite la pueda recuperar y no lo que sucede ahora, que un propietario alquile su vivienda y acabe pagando incluso los consumos que hace el okupa. Es fundamental hacer un marco regulatorio estable y seguro y que dé garantías a los propietarios. Es un tema que afecta claramente al alquiler de viviendas.

Marcos Míguez

—La Voz sacó un caso de propietarios que prohiben el acceso a la vivienda a familias con menores. ¿Constan quejas en el IGVS?

—Eso entra dentro de la esfera privada del propio dueño. Podemos considerarlo éticamente más o menos correcto. Efectivamente, no se debe limitar por condición de miembros de una unidad familiar o mismamente por tener mascota, que es otra situación también muy frecuente. Lógicamente hay que exigir que el inquilino respete las normas de convivencia y deje la vivienda como la recibe, pero sin limitar la posibilidad de acceso. Pero eso entra dentro de la esfera privada del propietario. Quejas hay de todos los tipos, pero otro tema es la capacidad de intervención que pueda tener una Administración publica en la esfera de un propietario privado. 

—¿Qué valoración hace del incremento de viviendas de uso turístico (VUT) en la ciudad?

—Creo que se ha perdido una buena oportunidad en la Ley de Vivienda estatal para hacer una regulación uniforme de las VUT. Prueba de ello es que el Estado está empezando a analizar con el sector cuál puede ser esa normativa. Evidentemente, hay que buscar fórmulas que compatibilicen un posible uso turístico viendo la propia incidencia económica que puede tener en la urbe con el propio uso residencial, que es para lo que está destinada esa vivienda. Hay que ser muy cuidadoso con generar de forma masiva los usos turísticos. La inseguridad y la limitación de precios lo que hacen es derivar indirectamente al arrendador a un alquiler mucho más cómodo, rentable y seguro que el uso tradicional. Habría que hacer una regulación estable del mercado del alquiler tradicional y quizás con eso recuperaríamos parte de las viviendas destinadas a este fin.