Isra Cubillo: «No soporto que la gente tome la copa con pajita»

La Voz

A CORUÑA

Isra Cubillo
Isra Cubillo MARCOS MÍGUEZ

21 sep 2014 . Actualizado a las 13:41 h.

L leva media vida detrás de la misma barra y algo más detrás de una cámara. Atesora unas 4.000 fotos de clientes. «No posan, son robadas. Se las enseño para que den el visto bueno. Nunca saco a nadie bebiendo o que pueda quedar mal. No uso Photoshop ni flash y utilizo cámaras sencillas», me comenta Israel Cubillo Patricio, Isra para todo el mundo. Es de los Castros y estudió en el Sal Lence, aunque no guarda un buen recuerdo. «De los compañeros sí, pero en el colegio no me supieron enfocar», asegura. Se apuntó de voluntario a la armada y navegó durante un año. Hace 18 montó el bar-café-pub El Antiguo con su amigo de siempre, Moncho Rey. «Creo que la clave es no haber seguido las modas. Hacerlo sencillo. Nunca necesitamos portero, ni cuando llegamos a vender 500 botellas de Seagram`s, que entonces era una ginebra menos conocida que ahora. Me gusta hacer de anfitrión, presentar a la gente. Moncho lleva otra parte. Yo no sé cuanto vale un barril de Estrella o una caja de Coca Cola», relata. Tiene 41 años. Se declara inquieto, nervioso, irónico, autodidacta... Desde hace 8 años vive con Esther, enfermera en el hospital. Le gusta conocer mundo. Lo que más. «Mi pareja sufre mucho toda mi vida. No es cómodo viajar con alguien que se para cada dos por tres a hacer fotos».

Proyectos y más proyectos

Uno de ellos es de fotografías de ciudades europeas. «Ya estuve en Berlín, Roma, Londres... Me considero muy europeísta». Otro es sobre el pintor Xaime Cabanas. Su padre trabajó 40 años en un laboratorio fotográfico y desde pequeño convivió con imágenes. «Conocí fotógrafos que me enseñaron mucho. Compro muchas revistas y libros de fotografía», destaca. «Intento encontrar belleza en cosas que nadie se fija», comenta sobre su faceta artística. Le gusta leer. Recomienda Los detectives salvajes de Roberto Bolaño. Trabaja de noche. «Cuando cierro el bar lo que me presta es subir a casa (vive en un piso encima del local) y ponerme con las fotos. Soy como Drácula, me acuesto a las seis de la mañana», confiesa.

Música y gin tonics

Le gusta hablar de fotografía, de libros, de las personas que le han ayudado a lo largo de su vida. De una bolsa saca un montón de cedés y me los muestra. «Sigo comprando discos. Me gusta todo, desde el flamenco al indie. Le pego a todos los palos. Mis sesiones son eclécticas». Charlamos en el mesón O Bo, muy cerca del Antiguo. Muchas personas que pasan por la calle lo saludan. «Nos llevamos muy bien con todos los vecinos, aunque muchos no son clientes. Practicamos la hostelería responsable», asegura Isra, que se queda con la calle Emilia Pardo Bazán, en la que vive y trabaja, como su lugar favorito de A Coruña. No le gusta que se hable de la moda del gin tonic. «Lo odio. Siempre se bebió. Lo que no soporto es que la gente tome la copa con pajita. Nosotros cuidamos el cristal y después beben por un plástico que además hincha y da gases». Me gusta su reflexión: «la barra es como un barco en el que viajas y conoces gente o la tabla a la que te agarras cuando todo se va a hundir», asegura con su barba a la última moda. «No soy hipster. Es un look Isaac Hayes», sentencia. Siempre la música. Siempre el arte en la vida de Isra, dentro y fuera de la barra del Antiguo.

«Soy como Drácula, me acuesto a las seis de la mañana»