Los trabajadores del Chuac salen de nuevo a la calle contra una gestión «desastrosa»

Iria Pérez Gestal A CORUÑA

A CORUÑA

Desde el hospital afirman que el cierre de plantas no afecta a la atención a los pacientes

29 jul 2014 . Actualizado a las 15:42 h.

Los trabajadores de urgencias del Chuac han vuelto a manifestarse esta mañana en contra de lo que consideran una «gestión desastrosa» y una escasez de personal que perjudica a pacientes y trabajadores.«Dicen que somos unos vagos, pero un celador en el turno de noche tiene que encargarse de 800 metros cuadrados él solo. Son 4.000 metros cuadrados para cinco celadores solamente en el servicio de urgencias», explica José Rey. «En todo el tiempo que llevo trabajando aquí, nunca había tenido ningún dolor al llegar a casa, y ahora salgo con los talones sangrando». Una compañera, también celadora, apunta: «Hay unas 120 camas cerradas, cada día vemos cómo las ambulancias se llevan a la gente al San Rafael o a la privada, porque aquí no hay camas». Rey coincide en que la falta de personal perjudica a los pacientes: «Esta noche había un atasco total en el servicio de urgencias. Eran las seis de la mañana y seguíamos teniendo gente que había entrado a las siete u ocho de la tarde». Desde el Chuac, niegan tajantemente que el cierre de las plantas de Plástica y Neurocirugía repercutan en una peor atención: «Las plantas se cierran por la previsión de una menor demanda en verano, pero quien viene con una urgencia de alguna de esas áreas es atendido en otras plantas, como en todos los hospitales. Hay camas cerradas, pero otros servicios absorben la demanda y en ningún caso se desvía a otro hospital». En lo que se refiere a las esperas en urgencias de las que hablaba Rey, afirman que «como es lógico, se atiende a los pacientes dependiendo de la gravedad. Si coincide que varias personas acuden a urgencias con un problema grave, una persona que llegó antes con algo leve tendrá que esperar». Por su parte, Marisa Mosquera, representante de UGT, reconoce que «hay cuestiones que sí se han mejorado a nivel organizativo» pero entiende que falta «personal, organización y diálogo con los trabajadores. Se está trabajando de una manera inhumana, con mucha presión y desorganización. La gente sale llorando del trabajo».

La edil socialista Silvia Longueira también acudió a apoyar a los trabajadores y calificó de «sangrante» que la sanidad pública «teña que morrer nas mans de xente que nin a entende nin a valora». Recordó que, en estos momentos, hay una planta de paliativos cerrada en Oza, «o cal me parece máis sangrante aínda», dos en el Chuac y dos en el Abente y Lago. «Moitos dos que estamos aquí somos fillos da sanidade pública e da educación pública. Só espero que a xente nova poida selo tamén», comentó.