Atracón dialéctico veraniego

Xosé Gago / Isabel rodó A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA

<span lang= es-es >El «vetado» del PSOE</span>. Rosa Gallego (PP) criticó que los socialistas «veten» en el pleno a su edil Jesús Fernández (al fondo a la derecha), que no intervino en el pleno pese a ir a las comisiones.
El «vetado» del PSOE. Rosa Gallego (PP) criticó que los socialistas «veten» en el pleno a su edil Jesús Fernández (al fondo a la derecha), que no intervino en el pleno pese a ir a las comisiones. Paco rodríguez< / span>

La sesión más larga del mandato superó las seis horas, que se diluyeron entre reproches e incluso «ataques de locura»

22 jul 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Ante ese retrato estilo Casa de Austria que le han hecho a Felipe VI, de negro sobre fondo negro, Rosa Gallego tuvo que «darle la razón a la señora Yoya (Neira) porque me vuelvo loca». Los sentidos de la concejala de Hacienda los nubla César Santiso, pero no en plan romántico Juana la Loca-Felipe el Hermoso, sino en un sentido casi literal. Empeñado en hablar de la Pokémon todo lo que pueda, ayer ya la citó en su primera intervención, y en recordar los casos de corrupción en los que está implicado el PP sea en Galicia, Madrid o donde cuadre, César Santiso logró ayer que se batiesen varios récords.

Hizo perder la paciencia a Gallego, que dejó el guion que llevaba escrito a un lado, aunque no su habitual tono sotto voce, para decirle: «Todo eso de miserable, corrupto... lo será usted», además de reiterar las sospechas de que entró «a dedo» en la Diputación.

Santiso también logró otro inédito, que un alcalde de A Coruña interviniese no una, sino dos veces. Fue tras sus dos preguntas sobre la Pokémon, tras la primera Negreira le reprochó «qué barbaridad, señor Santiso...»; tras la segunda se extendió más: «Non sei quen lle escribe iso, pero dicir esas cousas no pleno de A Coruña...» Todo intercalado entre las andanadas de Gallego, el mismo Santiso, y Julio Flores, que ya en el primer punto del día le acusó de «cobrar sin trabajar» antes de acordarse del «infausto bipartito», como en los viejos tiempos.

370 minutos hablando

Claro que Santiso no fue culpable de una sesión maratoniana, de seis horas y diez, en la que se acumularon asuntos pendientes desde hace semanas. Una especie de atracón veraniego previo a los exámenes, pero para concejales.

Los 370 minutos se marcharon entre reproches, asuntos ya vistos y argumentos mil veces debatidos; en los que hubo momentos de tirarse los trastos a la cabeza y otros acaramelados, tanto como para que algún edil bromease con empezar a cantar «que se besen, que se besen». Ocurrió en el debate de una de las ordenanzas que defendió Martín Fernández Prado en la que algunos concejales ¡ni siquiera emplearon todo su turno de palabra!, algo también inédito este mandato.

Pero Fernández Prado también pinchó. Le reprochó a Carril que al BNG está contra la UE. Carril lo confirmó, y él le reprochó entre sonrisas que siendo así hubiese ido de número 2 del Bloque a las Europeas. A Carril no le hizo gracia, y Fernández Prado remató la faena restregándole que «ya, ya imagino que iba usted en plan caballo de Troya, para dinamitarlo desde dentro y tal».

Silvia Longueira (PSOE) dijo que el botellón es un «problema poliédrico» y situó a Enrique Salvador en el eje del mal de los «más taimados de Negreira». Flores comparó la proliferación de facturas en el cajón del bipartito con las setas. Dijo que se comieron tantas, que tuvieron «sobredosis», como ayer de pleno.