Oda a la desesperación

Lorena García Calvo
LORENA GARCÍA CALVO VIGO / LA VOZ

GRADA DE RÍO

XOÁN CARLOS GIL

El Celta rompe su techo de minutos sin marcar y se va de vacaciones con cinco derrotas consecutivas

20 dic 2014 . Actualizado a las 14:27 h.

Desesperación. Con mayúsculas. Esa es la sensación que traslada el Celta cada vez que se aproxima al área rival. El discurso de que el equipo está tranquilo porque genera ocasiones ya se ha quedado obsoleto, y la única realidad es que el equipo se ha quedado seco de gol. Ha perdido la fortuna y la fe en los últimos metros y esa falta de confianza se está trasladando al resto de las líneas. El castillo de naipes parece que se desmorona por momentos en un Celta que ante el Almería jugó por oleadas y que repitió el molde de encuentros anteriores. Salida en tromba, un error puntual que permite marcar al rival, y luego a remar contra corriente sin ser capaz de anotar. El gol del Camp Nou resultó una maldición. Ya ni los penaltis mitigan la ceguera en los metros finales.

El gol

El récord maldito

Más de diez horas sin marcar. Esa es la friolera de tiempo que lleva el Celta sin ver portería en Liga. El equipo batió ayer el terrible registro de minutos sin celebrar un gol en Liga que databa de la temporada 94/95 y elevó la sequía de gol a los 576 minutos. Ante el Almería los célticos dispusieron de más de 40 ataques, 19 remates, cuatro tiros entre los palos y un balón estrellado en la madera. Pero todo acabó en nada. El equipo ha perdido la puntería, pero también la claridad ofensiva.

El ataque

Una bruma ofensiva

Berizzo cambió a los protagonistas y confió a Orellana, Charles y Santi Mina el frente de ataque, sin embargo, el resultado fue el mismo que con el tridente habitual. Los célticos han perdido la magia en el remate, pero también en lo que lo sustenta. Los balones limpios que llegaban a los hombres de arriba en el primer tercio de Liga se han ido ensuciando, el equipo ha perdido verticalidad, cada vez es más habitual ver cómo retrasan el balón y se enrocan en cerrarse hasta llegar a una línea de fondo que se ha convertido en un granero de saques de esquina que los célticos no aprovechan. Centros baldíos y ataques al ralentí se han convertido en la realidad de un equipo al que se le hace de noche al alcanzar los últimos metros. El hecho de que ante el Almería Krohn-Dehli, que acabó de pivote defensivo, fuese el hombre que más remató, da pistas sobre la sombra que azota el ataque céltico.

Planteamiento

El centro del campo

Los problemas ofensivos del Celta no solo se explican de puertas para adentro. El rival también cuenta, y lo cierto es que el Almería, sobre todo en la primera parte, hizo los deberes a la perfección. Su primera misión fue ahogar al Celta a través de la presión y anular el centro del campo vigués. Durmieron al cerebro del equipo, Krohn-Dehli, logrando que a los de Berizzo les costase un mundo sacar el balón, y sobre todo, hacerlo con calidad. Controlados en el primer acto, en el segundo supieron guardar la ropa y frenar a un equipo que cayó en la desesperación.

La defensa

Mismo esquema en tres días

En tan solo tres días el Celta ha encajado dos goles de idéntica factura. Córner a favor, balón que no rematan los celestes, contra a favor del rival, error defensivo y tanto encajado. El equipo de Berizzo ha perdido la solvencia a la hora de realizar el balance defensivo y eso permite que sus rivales saquen petróleo de acciones puntuales. De los últimos cinco partidos el equipo ha perdido por solo un gol cuatro de ellos. Cuatro goles, doce puntos perdidos.

El equipo ha perdido la claridad ofensiva con la que deslumbró en el arranque de Liga