Revisión de objetivos

Miguel García

CDLUGO

Alberto López

07 abr 2024 . Actualizado a las 19:44 h.

Me puedo imaginar al director de comunicación del Club Deportivo Lugo cada lunes, organizando las ruedas de prensa semanales, decidiendo qué jugadores tienen el compromiso adquirido de la comparecencia. No tiene que ser agradable ni dar la lista de invitados ni ocupar el asiento de dicha sala. Y no es grato porque se tiene poco que decir o más bien porque lo que se dice aparenta una disculpa implícita o porque se recurre a palabras medidas que no ofendan al oyente. Salir a lanzar mensajes cuando la sensación es de no haber cumplido objetivos, imagino que a todos nos ha pasado en nuestro día a día laboral, no es apetecible. Rendir cuentas de nuestro trabajo insistentemente si no tienes cosas positivas que contar no es atrayente. Dice el refrán que vale más ponerse una vez rojo que cincuenta amarillo.

No estoy muy de acuerdo en asumir un único objetivo en nuestra vida personal o profesional. Creo más en una meta que identifique el intentarlo, por encima de la obligación de alcanzarlo. Intentar es poner todo el esfuerzo y trabajo necesarios para llevarlo a cabo. Es valorar los recursos humanos y materiales que tienes para estar en disposición de conseguirlo. Es evaluar las circunstancias que acompañan ese reto. Es estimar las opciones de manera realista. Es considerar las dificultades del proceso. Es aceptar de manera serena los inconvenientes que aparezcan en el camino. En definitiva también es, llegado el momento, manifestar sin rodeos que no se consiguió lo esperado.

Roberto Trashorras manifestó en la previa del encuentro que el equipo tenía que encarar el partido, «dolido por la situación que vive», en su opinión, con menos puntos de los merecidos. Creo que ese sentimiento lo sobreexcitó y compareció más bien en un estado de ansiedad. Como aquel que debe algo y quiere abonar cuanto antes la factura pendiente. Como al que le hacen un favor y necesita devolverlo para que no quede en el olvido. Esa aceleración inicial le hizo jugar con menos precisión, mucho más vertical de lo habitual y con la percepción de querer ganar el partido por la vía rápida. Se mezcló lo acostumbrado, juego combinativo, con juego directo pero sin mucha claridad. Con ganas de agradar, con ganas de ganar, con ganas de acabar todo pronto. Sensación de cambio de partitura y de poner todo en la parte visceral.

Inicio de semana complejo para todos, volver a rendir cuentas, volver a la sala de prensa, volver a elegir quién asume el discurso. Será una semana algo distinta porque será menester fijar nuevos objetivos, asumir la realidad, interpretar lo que viene. Conviene orientarse lo antes posible en el rumbo adecuado. Vale la pena por todos pero especialmente por la grada sur que dio colorido y voz, cientos de jóvenes deportistas de Lugo que animaron sin descanso. Los adultos salimos preocupados, nuestros chicos, pensando en el próximo partido. Nos dan siempre lecciones de vida desde su bisoñez. Pensemos en ellos para no decepcionarles y que encuentren siempre un motivo para bajar a la orilla del Miño.