Deja la fábrica en la que trabajaba para emprender vendiendo paquetes sorpresa de Amazon

Laura Ríos
Laura Ríos RIBEIRA

BOIRO

El establecimiento cuenta con varios estands con paquetes perfectamente envueltos.
El establecimiento cuenta con varios estands con paquetes perfectamente envueltos. CARMELA QUEIJEIRO

Katherine Espinal y Fran Refojo acaban de abrir su innovador negocio en Boiro

14 abr 2024 . Actualizado a las 21:26 h.

La maternidad le cambia la vida a cualquiera. A los madrugones y el vaivén de emociones que significa la llegada al mundo de una nueva criatura se suman las ganas de sus padres de ser un ejemplo a seguir. Esa necesidad fue la que sintió Katherine Espinal cuando dio a luz a su pequeña Zoe, que en la actualidad ya tiene algo más de dos años.

Desde aquel momento, la cabeza de esta dominicana afincada en Boiro empezó a rumiar la idea de que tenía que cambiar de empleo. Por si fuese poco, los largos horarios en la fábrica no le permitían disfrutar de la crianza de su pequeña, lo que la empujó a dejarlo todo de lado y buscar cómo emprender un negocio con el que hacer realidad el sueño de la conciliación.

Con el objetivo de convertirse en una figura digna de admirar para su hija, la barbanzana se metió en unas clases que daba el Concello boirense sobre el funcionamiento de las cooperativas.

La formación le ayudó a darse cuenta de que lo que quería hacer era abrir su propio negocio. La lluvia de ideas que tenía junto a su pareja, Francisco Refojo, acabó cuando oyó que en Vilagarcía había abierto una tienda en la que vendían devoluciones de Amazon: «Nos pareció una buena idea y nos lanzamos». Esta aventura, cuyos preparativos empezaron en enero, tuvo su gran momento el pasado 5 de abril, cuando estos vecinos de Boiro abrieron por primera vez las puertas del local al público.

Apenas llevan algo más de una semana con la tienda, pero la recepción de los clientes ha sido muy buena. No es para menos, pues lejos de vender productos, igual que tantos otros establecimientos, en Encaixa comercializan ilusión. ¿Cómo lo hacen? Pues con cajas sorpresa. Los clientes en vez de saber desde el primer momento lo que se están llevando se aventuran con paquetes de los que desconocen el contenido y cuyos precios oscilan entre los 5 y los 15 euros.

De todo

Que no cuesten mucho no quiere decir que traigan cosas de poco valor, pues en el interior de los envoltorios pueden encontrarse productos variados como secadores de pelo, cascos de marcas reconocidas y hasta vajillas completas, entre otros muchos.

Al tratarse de devoluciones, si el experimento sale rana y el objeto viene con algún defecto de fabricación o no funciona, la persona puede coger otra caja: «Queremos que la gente invierta su dinero en algo útil», dice.

Según cuenta la gerente del local, los vecinos que se acercan al establecimiento ya han desarrollado toda una metodología para saber qué lleva un paquete dentro sin la necesidad de abrirlo. Darle un par de meneos a ver como suena o intentar adivinar el peso con solo cogerlo en la mano son algunas de las técnicas que utilizan: «Uno vino con una aplicación del móvil que le permitía tomar medidas sin necesidad de traer un metro».

Si bien los compradores no saben lo que están adquiriendo hasta que abren el envoltorio, Espinal conoce lo que viene en cada palé y se asegura de que todo está en buenas condiciones.

Para los que no son muy amigos de comprar al azar, el local boirense cuenta con una amplia sección de productos devueltos de Amazon entre los que se pueden encontrar desde carritos de bebé hasta campanas extractoras o vitrocerámicas. Según la dominicana, lo más importante es saber que el trabajo le permite estar cerca de su hija y, de paso, tener la oportunidad de poder decirle en un futuro «mira lo que han hecho tus padres».