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Emilio Sanmamed
Emilio Sanmamed LIJA Y TERCIOPELO

BARBANZA

Letras.
Letras.

11 ene 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Estoy en un bar. ¿Dónde si no? En uno te encontré y en cien te perdí. Escribo mi diario —más que diario es autopsia— en la servilleta de este lugar sin nombre. Escribiré toda una vida que no ha sido vida, si por vida admitimos una sucesión de sorpresas, decepciones, ruegos y pecados. Los parroquianos creerán que en este papel escribo la lista de la compra. O una carta a Unabomber.

Escribo una vida. Ni larga ni corta. Incompleta de árboles, libros e hijos. Una vida como un calendario de Frinsa prendido a una alcayata. Ha sido una vida, sí, si admitimos que las piedras viven, pues no ha sido vida desde que me abandonaste.

Y esa es toda la vida que quiero contar: la que se me ha ido desde que te marchaste. Tu falta me ha dejado sin clave para el wifi, la soledad de los pasillos del súper, la amistad de los camareros y la piedad de los empleados del cine cuando venden entradas sueltas a los solitarios.

Me has dejado como un pélet en las Furnas, como paraguas en la consulta de un dentista. Recuerdo aquella tarde, la de la despedida. Brillaba el sol, sobre la mesa un papel con tus elegantes trazos, propios de una personalidad enérgica y con voluntad de prosperar.

Aún veo la nota con claridad: 4, 24, 27, 42, 7, 30. En ese momento recuerdo soñar con juegos de lógica, claves secretas, guiños borgianos. Oh, cariño, mi imaginación voló. ¿Qué eran aquellos números? Y el misterio me hizo quererte más que nunca. Dos días después descubrí que era la combinación de la Primitiva, seis aciertos, que te habían permitido darme portazo y mandarme de vuelta con mi madre.