Las policías de Ribeira atribuyen a los tres ladrones libres la oleada de robos

Javier Romero Doniz
JAVIER ROMERO RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

MARCOS CREO

Modesto Luis López fue arrestado el domingo y Víctor Manuel López el martes. En la comisaría investigan otros casos ocurridos esta semana

31 oct 2014 . Actualizado a las 05:00 h.

El índice de robos se ha disparado en cuestión de días en Ribeira. El nuevo escenario coincide con el regreso a las calles de los tres delincuentes reincidentes que estaban en prisión preventiva y que fueron puestos en libertad el día 16 por orden de la Audiencia Provincial. Dos de ellos, que cuentan con numerosos antecedentes, fueron detenidos desde el domingo por la Policía Nacional. Los mismos agentes, además de los municipales, consideran que estos cacos pueden tener relación con los otros robos cometidos en la capital de Barbanza en al última semana.

El primer arresto se realizó el domingo por la noche. Se trata de Modesto Luis López, que fue sorprendido con un coche sustraído en Pontevedra el día 21. La segunda detención fue el miércoles por la tarde. Se trata de Víctor Manuel Pérez y está acusado de hurtar un aparato tecnológico valorado en unos 600 euros. Según parece, este individuo, que también está imputado por los dos atracos con pistola que se registraron en A Pobra y Ribeira en septiembre, llevaba encima el aparato robado cuando los agentes lo interceptaron. Los funcionarios no tardaron en localizarlo gracias a la certera descripción de la víctima.

Al hurto de este aparato tecnológico hay que sumar dos robos cometidos desde el lunes en la ciudad y que todavía están sin resolver. El primero se registró en una tienda de informática a la que se accedió rompiendo el escaparate con un baldosa de cemento de tamaño considerable. El valor de los objetos que desaparecieron asciende a 1.000 euros aproximadamente. Además, la reparación de la luna alcanzó los 3.000.

Tienda de alimentación

En la madruga del martes tuvo lugar el segundo robo, esta vez en un comercio de alimentación de la calle Galicia a la que el delincuente entró por una pequeña ventana que comunica un callejón con los aseos del establecimiento. En esta ocasión el botín fue dinero en metálico y la cantidad no superó los 300 euros.

Las fuentes consultadas relacionan a los delincuentes puestos en libertad con estos sucesos, aunque reconocen que existen otros individuos que podrían ser los culpables y que también se encuentran en libertad.