La guardesa del legado de Julio Camba

Benito Leiro, Cronista oficial de Vilanova VILANOVA

VILANOVA DE AROUSA

Lourdes Pombo en 2016 en su casa de Vilanova, mostrando una fotografía de Julio Camba
Lourdes Pombo en 2016 en su casa de Vilanova, mostrando una fotografía de Julio Camba MARTINA MISER

Recordar a Lourdes Pombo supone evocar tardes de tertulia con una persona entrañable, de conversación fluida y bien humorada

27 mar 2024 . Actualizado a las 14:41 h.

Falleció en Valencia, a los 93 años de edad, María Lourdes Pombo, la última de las hijas del matrimonio vilanovés formado por Pastor Pombo Ferro y Ramona Fernández. Vivía al cuidado de su sobrina Lupe, desde 2017. Era la superviviente y la más joven de las hermanas Carmela, Aurora, Cota, Margarita y Olga, cuyo único hermano fue Guillermo, desplazado a Zaragoza en los años sesenta.

Recordar a Lourdes Pombo supone evocar tardes de tertulia con una persona entrañable, de conversación fluida y bien humorada que nunca se cansaba de contar anécdotas de su Vilanova de otros tiempos, para ella, «mejores, porque entonces era joven», Dotada de ese humor vilanovés, retranqueiro que consiste en reír en serio, a Lourdes le gustaba charlar y pasear hasta O Cabo con sus hermanas y con sus amigas Ita Abalo y Dorita Martínez.

En sus últimos años vilanoveses su mejor entretenimiento, aparte de las series televisivas, era mostrar el tesoro que había cuidado durante décadas: el legado de los hermanos Camba. Un legado que conservó celosamente y que, en 2020, sus sobrinos José Guillermo y Ramón entregaron al Concello de Vilanova para formar parte de la casa museo de los hermanos Camba.

Con Lourdes perdemos a la última persona que conoció y trató en vida a su admirado don Julio (finales de los años 30, primeros años 40). El periodista de Vilamaior vivía solo y ella se acercaba a preguntarle si necesitaba algo. La niña aguardaba en el patín de la casa blasonada y de la antigua vivienda recordaba una estufa de carbón que calefactaba las habitaciones. «Don Julio era muy friolero y no soportaba que dejaran nada encima de la cama —para él daba mal fario—. Jamás permitió que nadie ordenara sus cosas, eran intocables».

Proseguía Lourdes: «Don Julio era muy cariñoso con nosotras y siempre nos traía algún regalo de sus viajes al extranjero. Una vez nos trajo una granja de madera, otra vez broches de frutas, a mí me tocó el limón e incluso nos regaló un yoyó que, por aquella época, aquí ni se conocían estos juguetes».

Visitar la casa de los Pombo, con Lourdes como guía era un privilegio que te permitía acceder a un museo cambiano. De sus paredes todavía cuelga una fotografía en sepia de don Julio joven, de unos 30 años, y el retrato de Francisco Camba, pintado por Francisco Lloréns a carboncillo. Lourdes mostraba, orgullosa, el reloj de pie en madera con las iniciales M.C. (Manuel Camba) que había pertenecido a la familia de los escritores. Antes o después de confiarte las andanzas nudistas de Camba por O Terrón, Lourdes también presumía de aquel aparato de radio antiguo que don Julio había comprado para escuchar las noticias de la BBC inglesa. Luego les traducía a sus amigos lo que informaban desde Londres sobre la Segunda Guerra Mundial y otros acontecimientos.

Para la historia de Vilanova quedará que Lourdes Pombo vendió al Concello la casa natal de los Camba, que ella había heredado en 1962, tras fallecer Julio Camba. Su familia aspiraba a que se honrara a los hermanos de Vilamaior en la misma medida en que se honra a Valle Inclán.

El legado trascendental que le debemos a la entrañable Lourdes Pombo es la colección de cartas, postales, fotografías y objetos íntimos que representan la colección documental más importante que existe en España sobre los hermanos Camba.

Por mi parte, eterno agradecimiento porque, sin Lourdes nunca hubiera sido posible la biografía Julio Camba, un nudista en Vilanova, que intenta reflejar el cariño que sentía don Julio por su pueblo y, al mismo tiempo, la admiración de los vilanoveses por su mejor cronista.