Catoira rastrea petroglifos en sus montes para parar los nuevos eólicos de Xiabre

Rosa Estévez
rosa estévez CATOIRA / LA VOZ

CATOIRA

MONICA IRAGO

Ya han encontrado grabados en el entorno de varios de los molinos previstos

23 dic 2023 . Actualizado a las 20:02 h.

El proyecto para la segunda ampliación del parque eólico de Xiabre es una preocupación que zumba constantemente en la cabeza de muchas de las personas que residen en Catoira. La ampliación, que incluye la colocación de nuevos molinos en la localidad, entró a mediados del mes de agosto en período de exposición pública, pero de la suerte que han corrido las alegaciones presentadas aún no hay noticias. Mientras de ese frente no llegan noticias, en Catoira la oposición vecinal a los nuevos molinos no ha querido perder el tiempo, y comienzan a organizarse movimientos en contra del plan propuesto por Engasa, la empresa que está detrás de esta acción. Uno de ellos, quizás uno de los más curiosos, es el que ha sacado a los montes de Catoira a personas dispuestas a rastrear, encontrar y documentar petroglifos que se interpongan en la aprobación del nuevo proyecto eólico.

La búsqueda la han iniciado un grupo de personas de la localidad que tienen un vivo interés en la historia local. Sus salidas al monte en busca de huellas del pasado no es nueva, pero tomó una nueva dirección cuando conocieron los pormenores del proyecto de ampliación del parque eólico. Fue entonces cuando este grupo decidió concentrar su búsqueda de piedras con valor histórico —de las que Xiabre por cierto tiene una buena colección— en el entorno de las ubicaciones elegidas para la instalación de los enormes molinos previstos por Engasa: gigantes de más de 82 metros de altura. Según el proyecto sometido a exposición pública, de los seis molinos recogidos en la ampliación, cuatro están ubicados en Catoira: uno en San Miguel, otro en Dimo y dos en Abalo.

Tres de cuatro

Alrededor de tres de esos cuatro molinos, explican quienes han participado en la búsqueda activa de petroglifos, ya se han encontrado grabados en las piedras: un conjunto denominado santuario en San Miguel, y tanto en Abalo como en Dimo, molinos naviculares —un elemento muy habitual en la zona del Baixo Miño, más raro en estas latitudes— y cazoletas. De todos esos hallazgos han sido informados puntualmente los vecinos y propietarios afectados por el proyecto, además del Concello de Catoira y las autoridades responsables de la gestión del patrimonio. «Dende o Seprona pedíronnos que lles mandásemos fichas, fotografías e localizacións dos novos petróglifos atopados en Catoira», explican los rastreadores del Xiabre.

Desde el Concello, el alcalde de Catoira, el nacionalista Xoán Castaño, reconoció ayer estar al tanto y muy pendiente de esos nuevos hallazgos. Pero quiso ser cauto y aclaró que para conseguir que esas piedras con valor histórico logren vencer a quien gestiona el viento, los petroglifos en ellas registrados deberán ser analizados por arqueólogos que den a estos descubrimientos no solo validez, sino también valor. «Cando o Concello presentou as súas alegacións ao proxecto, non incluímos nada disto porque non se sabía. Agora, estamos traballando tamén nesa posibilidade», dice el regidor.

A la espera de acontecimientos, queda la esperanza. A fin de cuentas, Engasa Xiabre SL ya tuvo que variar el proyecto que quería desplegar en el monte que comparten Vilagarcía, Catoira y Caldas después de que la primera de estas localidades alegase que uno de los molinos afectaba y afeaba el paisaje que se podía contemplar desde el mirador de la Cruz de Xiabre. La queja del Concello de Vilagarcía fue atendida, ya que coincidía con las apreciaciones del Instituto de Estudos do Territorio, lo que forzó un cambio de ubicación motivado por los «importantes impactos paisaxísticos e panorámicos» de los molinos.

Tras aquellos cambios, el proyecto acabó recogiendo la instalación de seis molinos, cuatro de ellos ubicados en el municipio de Catoira, los dos restantes en el de Caldas y que afectan a un total de 75 propiedades de la localidad vikinga, según el listado publicado en el DOG a mediados de mayo.