Personal de Servizos Sociais sufre intentos de robo y amenazas en el Concello de Vilagarcía

Serxio González Souto
serxio gonzález VILAGARCÍA / LA VOZ

AROUSA

Cinco denuncias y treinta quejas ponen en entredicho la salud laboral en Ravella

25 oct 2014 . Actualizado a las 04:59 h.

¿Trabajar para el Concello de Vilagarcía puede suponer un riesgo para la salud? No debe de estar del todo clara la respuesta a esta pregunta cuando Inspección de Trabajo, dependiente del Ministerio de Empleo y Seguridad Social, acaba de convocar al gobierno local y a los delegados de personal de Ravella a una reunión que tendrá lugar el miércoles en Vigo. La cita es resultado directo de la última inspección realizada en la Casa Consistorial. Y, si bien la presencia del funcionario estatal en la capital arousana tuvo su origen en los retrasos en la convocatoria del Comité de Seguridade e Saúde, lo cierto es que el contenido del encuentro va bastante más allá de este punto, para extenderse a los graves problemas en esta materia que los representantes de la plantilla denuncian. Como muestra, uno de los ejemplos más preocupantes: «Varios traballadores de Servizos Sociais comentan que a diario reciben ameazas e en varias ocasións intentos de roubo dos seus obxectos persoais».

Dos evaluaciones psicosociales

Esta frase figura en el escrito que la junta de personal, el órgano de representación de los funcionarios, dirigió al alcalde, el popular Tomás Fole, tras su reunión del 3 de septiembre, alertando de la situación límite que se vive en este departamento. No fue el primero. En lo que va de mandato, bien de forma colectiva, bien a través de cada sindicato presente en Ravella (UGT, CIG, CC. OO. y CSIF), incluso a título individual, las carencias en materia de salud y seguridad han generado cinco denuncias ante Inspección de Trabajo y una treintena de quejas sin que, por lo general, lamentan las centrales, se hayan producido respuestas positivas desde la alcaldía. Es más, en el caso de Servizos Sociais, el personal ha sido sometido a dos evaluaciones psicosociales. La segunda, decidida de forma unilateral por el gobierno local y la empresa encargada de la prevención, tras los graves datos que arrojó el test inicial y las entrevistas realizadas a los trabajadores.

La sustancia cancerígena

Al margen del polvorín en el que se ha convertido el área social, que gestiona la primera teniente de alcalde, Elena Suárez, los problemas se multiplican en distintas áreas. Las denuncias se detienen en el caso de una operaria que, contratada a media jornada a través de un plan de la Diputación, trabajó a día completo durante tres meses para apenas tener ocupación los tres meses restantes de su contrato. Dos integrantes de las brigadas de tarde padecieron desmayos y vómitos en Bamio y Trabanca en julio del 2013 al exponerse al sol a mediodía en plena ola de calor. Una medición demostró, hace tres meses, que la temperatura en Comunicación superaba en dos grados el máximo legal. En diciembre del 2012, la Inspección ordenó a Ravella testar los niveles de carbón negro, una sustancia cancerígena, que respiran los miembros de este departamento. Poco más se supo desde entonces.