Mike Muscala, un obradoirista en primera línea del glamur de la NBA

Manuel García Reigosa
M. G. REIGOSA SANTIAGO / LA VOZ

ANDAR MIUDIÑO

Álvaro Ballesteros

Disputó con Oklahoma City Thunder el partido del récord de LeBron James y acaba de fichar por los Boston Celtics, firmes candidatos a ganar el anillo

15 feb 2023 . Actualizado a las 21:03 h.

Mike Muscala dio el salto desde Sar hasta la NBA. No es el único con pasado obradoirista en hacer ese camino, si bien otros como Salah Mejri, Maxi Kleber o Matt Thomas pasaron antes por equipos de Euroliga o Eurocup.

El ala pívot nacido en Minnesota en el 91 cumple su décima temporada en la liga profesional americana. Acaba de firmar por los Boston Celtics, equipo que está en todas las quinielas de aspirantes a conquistar el anillo este curso. Y su último partido en su anterior destino, los Oklahoma City Thunder, fue en Los Ángeles el día que LeBron James batió el récord histórico de anotación.

CJ GUNTHER | EFE

En su etapa en el Obra solo tenía un tatuaje con la inscripción «cada día es un regalo, por eso se llama presente», que resume su filosofía de vida.

A las órdenes de Moncho Fernández formó un tándem excepcional con Oriol Junyent en la temporada 13/14. A aquel equipo le costó arrancar, pero acabó firmando la que es hasta la fecha es la mejor racha de partidos seguidos saldados con victorias del conjunto santiagués, seis. En cinco de ellos participaron ambos. El último fue ante el Joventut, un 22 de enero del 2014. Aquel encuentro fue también el de la lesión que acabaría por retirar a Oriol Junyent. El Obra todavía alargó la inercia ganadora a la siguiente jornada, en Gran Canaria. Y después enlazó una de sus peores rachas en la categoría, con solo un partido ganado en once jornadas.

El rendimiento de Muscala no pasó inadvertido para los Atlanta Hawks, que tenían sus derechos para la NBA e hicieron fuerza para adelantar su llegada. Entre la franquicia y el jugador acabaron dejando más de 200.000 euros en caja para poder rescindir el contrato.

Oriol Junyent recuerda bien aquella temporada y los entrenamientos en los que jugaba contra Muscala. Algún truco le enseñó el veterano, pero no muchos: «Ya venía aprendido. Y, además, lo cogía todo muy rápido».

Subraya que los dos se complementaban a la perfección: «Dependiendo de a quien defendía el cinco y a quien el cuatro, buscábamos las ventajas en el poste bajo o algo más lejos. Y éramos un equipo muy solidario, con Súper Corby, que con su amenaza de tres nos generaba muchos espacios. Mike era mejor en bote y tenía más mano». No duda en situar aquel tándem entre los tres mejores de su carrera. Los otros dos lo llevan a su etapa en Granada, «con Richard Scott y con Curtis Borchartd».

Mike Muscala llegó a Boston poco antes de que se cerrase el plazo de traspasos. Sonaba con fuerza la opción de Willy Hernangómez, pero el elegido acabó siendo el de Minnesota. Y ha entrado con buen pie.

En su primer partido en el Boston Garden, ante Charlotte, recién aterrizado, disputó 17 minutos en los que aportó doce puntos y dos rebotes. El domingo, en el mismo escenario, frente a los emergentes Memphis Grizzlies, fueron 18 minutos con diez puntos y cinco rebotes.

En Sar se movía más en la pintura. Se fue a la NBA como mejor reboteador de la ACB al paso por el ecuador de la competición. Ahora se le ve más por detrás de la línea de tres.

Décima temporada y más de veinte millones de dólares

Mike Muscala firmó por los Atlanta Hawks en febrero del 2014 y esta es su décima temporada en la NBA. Estuvo cinco campañas en la capital de Georgia, una repartida entre Los Lakers de Los Ángeles y los Sixers de Philadelphia, esta era la cuarta en Oklahoma y acaba de recalar en Boston. No es fácil acumular diez años seguidos en la liga profesional americana, con dos incursiones en la G-League pero siempre con contrato NBA. En este tiempo ha ganado algo más de veinte millones de dólares. Sus percepciones este curso son de 3,5 millones y el club tiene una opción de prórroga.

Otro exobradoirista que está haciendo carrera en la NBA es Maxi Kleber. Tras un año en Sar jugó dos en el Bayern de Múnich y desde el 2017 defiende los colores de los Dallas Mavericks. Su primer contrato se quedó algo por debajo del millón de dólares. Esta campaña tiene firmados nueve millones de dólares. Y para las tres siguientes, once millones en cada una. Es más del triple de lo que percibe toda la plantilla del Obradoiro.

Es evidente que las cifras que se mueven en la NBA son inalcanzables para los equipos de otras competiciones. Y de cinco años a esta parte la G-League ha dado un salto cualitativo y cuantitativo. Las diferencias salariales respecto a otros competiciones de otros continentes ya no son tan acusadas. Y cualquier salto temporal a la NBA supone un incremento más que notable.

Muscala fue reclutado por el Obra en la Liga de Verano de las Vegas. De ser hoy, lo más probable es que ni siquiera se plantease salir de Estados Unidos.