La NASA lo ratifica: en 30 años el mar llegará a casas y hoteles en varios puntos de la costa de A Mariña

Las clamorosas evidencias sobre el cambio climático son ratificadas periódicamente por nuevos estudios de destacados organismos y organizaciones internacionales que advierten, una y otra vez, sobre los cambios que experimentará la Tierra en las próximas décadas. El último llega de la mano de la NASA, con el informe sobre los estudios satelitales que realiza desde hace 30 años su equipo de Cambio de Nivel del Mar de la NASA. Desde 1993, el nivel de los océanos ha subido aproximadamente 9,4 centímetros. En este informe, la NASA advierte de que en los próximos 30 años esta subida acelerada del nivel del mar, que de aquí a 2050 podría añadir otros 20 centímetros al nivel medio del mar, implicaría un aumento en la frecuencia y los impactos de las inundaciones en todo el mundo.

Zonas costeras como A Mariña se verán especialmente afectadas si se cumple este pronóstico, que viene a apuntalar documentos como el que hace cuatro años presentó la revista Nature Communications, a cargo de analistas de Climate Central, según el cual la subida del mar como consecuencia de la emisión a la atmósfera de gases que atrapan el calor tendrá efectos devastadores en el mundo, y en tres décadas, si se cumplen las peores proyecciones, cubrirá los puertos de Foz, Rinlo y Burela, el puente de la carretera de la costa en A Espiñeira, buena parte del casco urbano de Navia y de la fábrica de Ence, y también parte de Covas y Celeiro. En cambio, en zonas como Ribadeo o As Catedrais, apenas se notarán los efectos. Según esta proyección, la playa de Area, tal y como ahora se conoce, desaparecerá, y en Celeiro, el mar cubrirá la avenida Ramón Canosa, adentrándose hasta la piscina municipal. En mareas vivas, llamará a las puertas del Hotel Urban, al colegio público Lois Tobío, al cuartel de la Guardia Civil, el pabellón polideportivo o al colegio público de Covas. Y adiós también a Xunqueira, con el mar llegando al convento de Valdeflores.

En el otro extremo de A Mariña, la imagen que se disfruta hoy de la ría ribadense también cambiará: el mar cubrirá parte de Illa Pancha y la Punta da Cruz, y el muelle comercial y la escollera. El resto se salvará. El riesgo de desaparecer será mayor en el puerto de Rinlo -la explanada del aparcamiento-. Pero la playa de As Catedrais no notará los efectos del cambio climático. Si se cumplen las predicciones más extremas, en treinta años se verá también cómo el Cantábrico cubre el puente de la carretera nacional que sobre el Masma une Barreiros y Foz y la dársena focense, llegando a golpear las paredes de la piscina municipal, adentrándose por la plaza Conde de Fontao y cubriendo la zona del puerto de Tupide. Muchos locales de hostelería y viviendas se verían afectados.

También se pone en riesgo el puerto de Burela, con el edificio de la cofradía y la lonja, la Avenida da Mariña y puntos de la carretera costera hasta llegar a A Marosa. En Cervo, el mar alcanzaría buena parte de Acuidoro y cortaría la Avenida da Mariña de San Cibrao en varios puntos. Igual destino se augura al puerto de Alcoa a la playa de Lago y a Acuinova. O en Xove, a la playa de Portocelo.

Lo cierto es que el nivel del mar aumentó 0,76 centímetros de media mundial en 2023. Un incremento similar a verter al océano la cuarta parte del Lago Superior en un año. El Lago Superior, el mayor de los Grandes Lagos norteamericanos, supera los 82.000 kilómetros cuadrados de superficie y tiene una profundidad media de 180 metros. 

Los datos de la NASA muestran que la subida del nivel del mar se ha acelerado, pasando de una tasa de incremento de 0,18 centímetros registrada en 1993 a la actual de 0,42 centímetros por año. «Las tasas actuales de aceleración significan que estamos en camino de agregar otros 20 centímetros al nivel medio global del mar para 2050, duplicando la cantidad de cambio en las próximas tres décadas en comparación con los 100 años anteriores», explica Nadya Vinogradova Shiffer, directora del equipo de cambio del nivel del mar de la NASA y del programa de física oceánica en Washington, en el comunicado del nuevo informe de la NASA.

También se recuerda que el nivel mundial del mar experimentó un salto significativo de 2022 a 2023 debido principalmente a un cambio entre las condiciones de los fenómenos de La Niña y El Niño, que afectan a los patrones de precipitaciones, nevadas y también a los océanos. Así, tras el suave paso de La Niña entre 2021 y 2022, que supuso un aumento del nivel del mar menor de lo que se esperaba, en 2023 El Niño se manifestó con fuerza, lo que ayudó a que se intensificara el aumento promedio de la altura de la superficie del mar, al recoger gran parte de la lluvia que normalmente cae sobre la tierra.

 El informe de la NASA también deja claro que la tendencia subyacente durante los 30 años de análisis del nivel del mar mediante satélites, independientemente del aceleramiento de 2023, es el aumento de la altura de los océanos debido al exceso de calor atrapado por los gases de efecto invernadero en la atmósfera de la Tierra.

 En 2021 la NASA creaba una herramienta para monitorear el aumento del nivel del mar y proyectar cómo afectará en cada parte del mundo. En Asturias, toma como referencia Gijón, una de las ciudades más vulnerables de la costa española. De mantenerse el actual nivel de emisiones de gases de efecto invernadero a la atmósfera, se proyectaba que el mar subiría 10 centímetros en 2030, 22 centímetros en 2050 y 37 en 2070.

 En vista de que el aumento del nivel del mar también va más rápido de lo que se preveía, añadir otros 20 centímetros de subida del mar a lo proyectado en 2050 cambia por completo el escenario ya de por sí preocupante para las localidades costeras, que tendrán que adaptarse identificando áreas vulnerables y sitios potenciales de inundación bajo una variedad de escenarios. 

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