Carta de un ciudadano a sus representantes

A MARIÑA

PEPA LOSADA

22 abr 2024 . Actualizado a las 21:54 h.

La política ha invadido el espacio de la sociedad civil. Y así los nombramientos de quienes deberían ser los mejores por su historial y experiencia, son nichos del empleo a la confianza para la partidocracia.

¡Mal asunto que nos aleja del Sistema! La política se ha convertido en confrontación sin límites. Insultos crecientes en el calibre desde los escaños parlamentarios. Ausencia de consensos, al menos en la denominada política de Estado. Más dedicación para denigrar que para construir. Lejanía del poder público para con las demandas sociales.

Recuerdo la envidia que pasé en Euskadi. ¡No todo era terrorismo! El primer organismo de tratamiento integral para las adicciones -heroína o juego- se creó desde el Gobierno Vasco -DAK- y como jefe de servicio hospitalario o profesor asociado de Salud Pública de la UPV por oposición, me integré en tal espacio multidisciplinar.

Puedo decir lo mismo de tres fenómenos que fueron objeto de programación pública mediante expertos. Envejecimiento, nuevas infecciones por impacto de movimientos migratorios procedentes del tercer mundo, pobreza. Recuerdo jornadas monográficas parlamentarias al respecto. Con la intervención de las autoridades científicas que nos proporcionaban dicterios, luego convertidos en disposiciones gubernamentales -Gobierno Vasco, Gobiernos Forales y Ayuntamientos-.

Estamos ante una nueva legislatura de nuestra Autonomía Gallega. Como ex dirigente político y ex parlamentario en Euskadi, me gustaría que mi querida Galicia no sólo reclamara respeto a sus Derechos Estatutarios y Autogobierno, también los nuevos legisladores y gestores ampliaran el espacio donde influye la sociedad civil, atendiendo así a los problemas reales y estableciendo compromisos a fecha dada para materias tan sensibles como la sanidad, servicios sociales ante la creciente dependencia. Máxima dedicación a: cultura, educación, repoblación rural, medio ambiente, patrimonio integral, turismo sostenible, nuevos nichos de empleo y acceso como Cataluña y Euskadi al desarrollo territorial con base en modernas infraestructuras.

Sigo muy de cerca, por deformación profesional, la relación entre siniestralidad vial y estado de la red viaria, al menos en A Mariña, donde la autovía no logramos que crezca más allá de dónde la dejaron, o dónde el viejo y romántico FEVE debería ser un tren de cercanías alternativo al vehículo propio o para mercancías. En definitiva un corredor por tierra y mar para las comunidades del Cantábrico en su transcurrir hacia la Europa transpirenaica. Y por supuesto, política lingüística eficiente.

Me siento orgulloso de ser gallego. Por tanto quiero lo mejor para mi tierra. Tolero mal las diferencias en el trato desde el poder central. Los gallegos somos una Comunidad tan histórica o más que Cataluña y Euskadi.

(* Pablo Mosquera, ex parlamentario vasco y médico).